viernes, 3 de septiembre de 2010

Crecer a golpes


"Muchas gracias por hablar con nuestros padres, el mío tenía preparada una correa anchísima para pegarme, pero gracias a tu charla, ésta vez no lo hizo", dice aliviada Susana (nombre ficticio), de 11 años, mientras abraza a la psicóloga de su colegio.
Las compañeras de clase la apoyan: "¡Eso, eso. A mí tampoco me pegaron ayer!", exclama otra. No van mal en sus estudios, pero una nota más baja o desobedecer una orden puede enfurecer a su padre o su madre, que entienden la paliza como una...(Leer más)

¿Qué opina?¿Cómo castigar a los niños?