lunes, 30 de mayo de 2011

¿A qué le temen los jóvenes?

Eduardo Adrianzen:
A mí, entre mis 16 y mis 28 años, me tocó el inicio de Sendero y la guerra interna, los toques de queda, el sida, la hiperinflación de Alan, el fujishock del 90 y el posterior autogolpe de Estado el 92. Ya de treintón, me tocó la megacorrupción, el fraude y la lucha por sacarnos a la mafia de encima. Para hacerla corta, digamos que recién después del 2001 pude sentir que nuestro país podía aspirar a ser algo más que una tragedia detrás de otra. Por eso creo que los veinteañeros de hoy son afortunados: se salvaron de una juventud llena de muertos, como la que me tocó. No solo eso: viven -vivimos, pues uno tiene que entrarle al tema o ya fue- conectados al mundo y relacionados en la aldea global. Por eso hoy suena casi inverosímil decir "no sabía" o "yo creí que..." o "me dijeron", cuando tenemos a mano toda la información necesaria en un click. Como que ser ingenuo ya implica ganas de serlo y auto-declararse un lúser de campeonato.

Será por eso que me sorprende que tantos jóvenes que supuestamente tienen acceso a la información, se hayan declarado presas de un miedo pánico infantil cada vez que les hablan de la necesidad de mejorar y cambiar ciertas cosas a nivel social y político. Me sorprenderá, por ejemplo, que muchos sean tan dóciles y mansitos para obedecer a su abuelito PPK cuando les mande votar por KF "en nombre de la democracia", sin querer darse cuenta de que, con eso, les está mandando a votar por el "pensamiento" Kenji, por el Opus Dei (sí: ese que condena el sexo sin matrimonio y no permite que las chicas usen minifalda, ni los hombres bermudas en la universidad) y por todos los que sueñan con meterlos a hacer el servicio militar. Me sorprende también que muchos jóvenes, que con tanto esfuerzo ahorran para comprarse una lata de pintura para sus grafitis, de pronto sean los más ardientes defensores de que los dueños de la banca, la minería y las grandes corporaciones, puedan...(Leer más)